La Manzana
La utilización de manzana de calidad es garantía de buena sidra. No todas tienen el mismo valor y, por ello, conviene mezclarlas proporcionalmente. Por ejemplo, dos tercios de manzanas amargas y uno de dulces dan una sidra más espesa y astringente; con el porcentaje invertido la sidra es más clara, débilmente alcohólica y de más difícil conservación. La “pañada” o recogida de la manzana es el primer paso en el largo y laborioso proceso de la obtención de la sidra. Tiene lugar durante los meses de otoño y, al igual que el resto de las tareas relacionadas con la elaboración de nuestra bebida, se lleva a cabo de forma colectiva, convocando para la ocasión a vecinos y familia. Primeramente se sacuden y “llimen” (varean) los pomares, para luego, una vez recogido el fruto, empaquetarlo en sacos y transportarlos al llagar, donde se amontonan a la espera de su destino final: la “mayada”.
La utilización de manzana de calidad es garantía de buena sidra. No todas tienen el mismo valor y, por ello, conviene mezclarlas proporcionalmente. Por ejemplo, dos tercios de manzanas amargas y uno de dulces dan una sidra más espesa y astringente; con el porcentaje invertido la sidra es más clara, débilmente alcohólica y de más difícil conservación. La “pañada” o recogida de la manzana es el primer paso en el largo y laborioso proceso de la obtención de la sidra. Tiene lugar durante los meses de otoño y, al igual que el resto de las tareas relacionadas con la elaboración de nuestra bebida, se lleva a cabo de forma colectiva, convocando para la ocasión a vecinos y familia. Primeramente se sacuden y “llimen” (varean) los pomares, para luego, una vez recogido el fruto, empaquetarlo en sacos y transportarlos al llagar, donde se amontonan a la espera de su destino final: la “mayada”.
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